Publicado por Mujerhoy el 08/04/2019 – Fotografía por Sofía Moro
El viernes, cuscús. Durante 15 meses, Helena Maleno se acostumbró a vivir cada día con intensidad. La Justicia marroquí la había acusado de tráfico de personas. Se enfrentaba a una pena de prisión e, incluso, a cadena perpetua. Pero durante ese tiempo de incertidumbre, Helena no dejó de disfrutar del cuscús todos los viernes en una asociación de apoyo a los migrantes en la que se sentía arropada junto a sus amigos. No tenía miedo. Solo se permitía sentir vértigo cuando pensaba en sus hijos, Ernesto y Kitu. ¿Qué sería de ellos si la condenaban? El 11 de marzo, por fin, el Tribunal de Apelación de Tánger archivó la causa.
Originaria de El Ejido (Huelva), Maleno vivió desde niña las dificultades de sus familiares para salir adelante como jornaleros y la vulneración de los derechos de los extranjeros, que no dudaban en someterse a situaciones laborales inhumanas. La primera investigación que hizo, aún como estudiante de Periodismo, fue sobre «la externalización de las fronteras». Es decir, el mecanismo que permite a los países no asumir la responsabilidad de lo que ocurre en su territorio para que sean otras naciones las que detengan o expulsen a personas que han entrado de forma irregular. Ese fue el motivo por el que Maleno decidió cruzar el Estrecho de Gibraltar; 14 kilómetros que ya no volvería a recorrer siendo la misma persona.
En 2002, llegó a Tánger con su hijo Ernesto y dos maletas para tratar de averiguar «cómo se construye el racismo institucional» que había vivido en Almería y que volvería a experimentar en el que hoy es su país de adopción, Marruecos. El paso del periodismo al activismo lo dio de forma natural, por lo que veía, por lo que escuchaba y, sobre todo, por la inoperancia de los responsables gubernamentales para gestionar los flujos migratorios. Así se convirtió en Mama África para los que intentaban llegar a Europa, una labor que sigue desempeñando 24 horas los siete días de la semana: su teléfono suena cada vez que una embarcación ha perdido el rumbo o se está hundiendo. En ese momento, intenta que le envíen la localización y se pone en contacto con Salvamento Marítimo. Después difunde lo que ocurre y coordina a las organizaciones que, tanto en la costa marroquí como en la española, pueden estar preparadas para el desenlace de la llamada de emergencia. Su éxito consiste en hacerles visibles. Así se ha convertido en una figura clave, garantía de vida, para los que emprenden el incierto y, tan a menudo, mortal viaje.
A sus 48 años, Maleno es una trabajadora incansable que se documenta, opina y cuya fuerza logra transmitir a sus 46.000 seguidores en Twitter y más de 157.000 en Facebook. Las redes son los canales de difusión a través de los que alerta, en tiempo real, sobre la salida de las embarcaciones, los naufragios, las desapariciones, las muertes o la llegada a salvo a las costas españolas, desde hace más de 10 años. «La realidad de las barcas de juguete -dice Maleno- es un cúmulo de historias de vida diferentes; pero todos sus pasajeros comparten algo: la esperanza de un futuro mejor y un pasado atravesado por las violaciones de derechos humanos. Arriesgan al máximo, entrando al mar muchas veces sin tener en cuenta las condiciones meteorológicas, desesperados y con la esperanza de que la patrullera marroquí no les siga. Te cuentan que las olas son muy altas o que hay niebla. Casi siempre es difícil saber cuántas embarcaciones hay en el Estrecho porque varios teléfonos llaman desde la misma zodiac pidiendo auxilio».
#BOZA, el grito de alegría africano que significa «renacer» o «victoria», con el que celebran la llegada a las costas europeas, encabeza las comunicaciones de Maleno en las redes sociales. «#BOZA. Convoy con 44 personas (10 mujeres y 4 niños), salió de Nador y ha llegado a Motril». «#BOZA. Convoy con 12 personas que salieron de Tánger y llegaron a Algeciras». «#BOZA. Convoy con 17 personas llega a las islas Canarias».
Mujerhoy ¿Considera que está en el mismo bando que Salvamento Marítimo español?
Helena Maleno Soy positiva, incluso creo que estamos en el mismo bando que Salvamento de Rabat. Lástima que no tenga medios en el agua y sea la Marina marroquí la que actúe. Salvamento es un servicio público que tiene que garantizar el derecho a la vida de las personas que están en el mar. No tiene que mirar si es patera, yate o crucero, ni de dónde vienen o a dónde van. Estoy con Salvamento Marítimo porque, como yo, defienden el derecho a la vida y asumen su papel como una responsabilidad de Estado.
Mujerhoy Si confían en usted y trabajan juntos, ¿por qué le han juzgado por tráfico de personas e incitación a la migración ilegal?
Helena Maleno Lo que ha ocurrido conmigo no es algo aislado. ¿Por qué mataron a Berta Cáceres en Honduras? Para callar al resto. ¿Por qué me abrieron a mí un proceso? Porque quieren cuestionar que exista un servicio público que garantice el derecho a la vida de los otros. El procedimiento contra mí afecta a todas las organizaciones sociales que trabajan como nosotras.
Mujerhoy ¿Cómo afectó a su vida personal la espera de la decisión del Tribunal de Apelación de Tánger, que finalmente ha optado por cerrar el caso?
Helena Maleno Cuando hice la última declaración en enero de 2018 pensé que la decisión llegaría en una o dos semanas. Pasé mucha angustia esperando, pero luego me di cuenta de que la decisión podía no llegar nunca. Les podía haber interesado que el caso quedase abierto, para que tuviese un impacto sobre otros defensores de derechos humanos. Pero, de repente hice clic y me dije: «Tengo que vivir como si hoy fuese el último día; hay que vivir ahora, el momento». Por supuesto, ha tenido un impacto en mi trabajo, en mi libertad. Soy una madre sola con dos hijos y esto te cambia totalmente la vida.
Mujerhoy ¿Cómo lo superaba?
Helena Maleno Trabajándolo con el psicólogo. Formo parte de un programa de defensoras que lleva una asociación subvencionada por al Ayuntamiento de París. Con ellos comprendí que esto no solo me pasa a mí.
Mujerhoy ¿Le ayudó que la ONU reconociera su labor como defensora de derechos humanos?
Helena Maleno El relator de defensores de DD.HH. envió comunicaciones a España y Marruecos, cuestionando que abrieran una investigación judicial a una defensora de DD.HH., y asegurando que vivía una persecución extrajudicial. Me impresionó cuando algunos diputados le preguntaron al anterior Gobierno qué asistencia se me estaba proporcionando y contestaron con una notificación muy dolorosa que decía: «La asistencia que se le da a un español que comete cualquier delito en el extranjero».
Mujerhoy Y cuando eso no ocurre, como ha sido su caso, ¿qué se puede hacer?
Helena Maleno Estás en una indefensión absoluta, no sabes de quién te puedes fiar. Es una locura porque yo pedía protección al país que había iniciado mi persecución: el Estado español. Los policías siguen estando en los mismos puestos de poder, tienen la misma capacidad de toma de decisiones que cuando decidieron enviar un dosier que estaba archivado jurídicamente por nuestras autoridades a un país tercero para que se me persiguiese. Eso es lo que pienso cuando entro en el consulado y hablo con el señor cónsul: que hay un agregado del Ministerio de Interior, en el despacho de al lado, que forma parte de esa policía que pasó mi informe. Sientes una gran indefensión porque no sabes quién te puede proteger. Si hoy yo no estoy en la cárcel es por la red de solidaridad tan grande que se creó conmigo, por lo que representa la defensa del derecho a la vida. Me siento muy agradecida con los medios de comunicación que, en lugar de caer en lo fácil, en la criminalización, investigaron qué era lo que estaba pasando, tratando de forma exquisita mi privacidad.
Mujerhoy ¿Cómo llegó a Marruecos y pasó de periodista a defensora de los derechos de las personas migrantes?
Helena Maleno Tengo interiorizada la defensa de los derechos desde muy pequeña. Provengo de una familia muy humilde. Participé desde los 13 años en una asociación ecologista de mi pueblo. Y en El Ejido era fácil comprobar la desigualdad. Mi familia trabajó de jornalera en los invernaderos. Mi madre empezó con 11 años, fueron explotados; y cuando llegaron los migrantes les ocurrió lo mismo. Trabajaban sin contrato, igual que mi familia. Hay que hacer memoria y no olvidar de dónde venimos. Así, empecé a ver cómo se construye la frontera, el clasismo, el racismo.
Mujerhoy ¿Y eso le llevó a cruzar el Estrecho?
Helena Maleno Me vine a Tánger porque habíamos hecho un vídeo sobre Almería, sobre cómo se había construido política y económicamente la zona de la frontera sur, y en aquel momento todavía no se hablaba de la externalización de fronteras. Fui para una investigación de tres meses. Empecé a trabajar, a ir al monte y a comprobar las similitudes. A tomar conciencia de dónde vengo y comprobar cómo el racismo empujado por intereses económicos destruye la sociedad. En mi pueblo hay personas maravillosas a las que les han enseñado a vivir dentro dentro de un racismo institucional, a estar en el lado de los privilegiados. Son las mismas dinámicas.
Mujerhoy ¿Cree que documentar lo que está pasando logra despertar conciencias?
Helena Maleno Por un lado, están los euroblancos y sus privilegios; conocer esa realidad es lo que ha hecho que muchos quieran esos privilegios, por eso el auge de la extrema derecha en Europa. Por otro, las comunidades que se mueven, los manteros en Barcelona y otros grupos como Ongi Etorri. Bienvenidos Refugiados en el País Vasco está movilizándose porque, conociendo esa realidad, quieren cambiarla. Hay reacciones diferenciadas. Hace unas semanas se recordó la primera fotografía de una persona ahogada hace 30 años en las costas españolas; hemos llegado a normalizar que el control migratorio está por encima del derecho a la vida. Es como cuando decimos: «España no es racista». No es verdad, tenemos comportamientos racistas, igual que somos machistas. ¿Tener un enfoque de derechos hará que cambiemos nuestros privilegios? El cambio no viene del lado de los privilegiados, sino del de los que no los tienen; pero nosotros tendremos que ir adaptándonos y comprendiendo que construir un mundo mejor es quitar todas esas barreras y privilegios, ir hacia un mundo en el que todas las personas tengamos los mismos derechos.
Mujerhoy ¿Cómo van a conseguir ese cambio los que no tienen privilegios?
Helena Maleno Hay algo que me impresiona en la frontera. Se cambia desde la vida y desde el amor. A veces, cuando me oigo hablar así, pienso: «¿Estás chalada?». Pero es verdad. Las políticas de muerte pueden confrontarse con vida y con amor. Y funciona porque es así como se tejen las redes de solidaridad, de comprensión del otro, incluso del otro que nos está matando. Por ejemplo, el feminismo no es solo el tema de la igualdad, sino otra forma de construir el mundo, de hacer política de forma diferente. Construyamos juntas otra forma de ver el mundo, sin imponer, sino desde la defensa la vida y el amor. Parece ñoño, pero estoy convencida de que es el camino.
Mujerhoy Llegó a Marruecos en 2001, recibió la primera llamada de socorro seis años después y hoy dirige el colectivo Caminando fronteras. ¿Cómo analiza su trayectoria?
Helena Maleno Ha sido un proceso. Es importante no trabajar por proyectos, sino crear procesos sociales, porque el cambio viene de ahí. Son lentos, pero se arraigan. Recuerdo perfectamente esa primera llamada en 2007, hablar ya con Miguel Cea, el jefe de Salvamento Marítimo de Almería, que es uno de los hombres que más ha luchado por el derecho a la vida desde un sistema público estatal. Recuerdo 2009, cuando murió Youssef, que desapareció en las navidades de ese año tras haberle conocido en el bosque, cuando fuimos a repartir medicamentos. Fue uno de los primeros en usar esas lanchitas de remos. Recuerdo el verano de 2014, con tantas pateras cruzando el Estrecho y la desaparición de casi 80 personas. Recuerdo la muerte de Samuel en el Estrecho, y como antes no se buscaba de noche, nosotros nos preguntábamos: «¿Por qué?». Porque si hubiesen sido estadounidenses o portugueses, sí que les habrían buscado sin importar la hora.
Mujerhoy ¿La implicación profesional en esta causa tiene una elevada connotación personal?
Helena Maleno Sí, son muchos los amigos que han ido cayendo. Al final es un proceso, te rozas, te conoces. El juez me preguntaba: «¿Cómo es posible que haya tanta gente que tenga su teléfono?». Y yo le decía que no lo sé, no sé en qué momento el teléfono pasa de uno a otro; alguien llega a España, se lo da a los familiares… el teléfono o ahora mi cuenta de Facebook, que sigue una gran mayoría personas que están en la diáspora, en movimiento. Ha sido un proceso lleno de recuerdos que, hasta conocer la decisión del juez, ha sido muy duro, pero no me arrepiento de nada.
Mujerhoy ¿De nada?
Helena Maleno No. Bueno, a veces solo en como ha condicionado la vida de mis hijos. Soy consciente de que a Ernesto, muchísimo. Y a la pequeña también, pero cuando les veo tan fuertes, tan construidos, tan generosos conmigo, me siento tranquila. Cuando tenía que ir a declarar, les dije que no sabía qué iba a pasar conmigo y Kitu me dijo: «Mamá, ¿tú crees que lo que estás haciendo está bien? ¿Sí? Pues adelante».
Mujerhoy Su hijo Ernesto es casi más «defensor» de los DD.HH. que usted…
Helena Maleno Ernesto es muy inteligente, generoso con la gente y con una comprensión del mundo tremenda. Piensa que se ha criado en Tánger, ha crecido entre la diáspora; Marruecos es su país, su lengua vehicular que es el dariya [dialecto árabe marroquí], pero luego tiene también la comprensión y conocimiento del lado europeo. Y Kitu también, porque es mestiza, y con dos años ya me decía: «Mama, ¿yo que soy? ¿Española, africana, marroquí?». Y yo le respondía: «Eres lo que tú quieras, elige». Una vez, pasando la frontera, uno de los policías le dijo: «María (porque ella también se llama así, por mi abuela), ¿de dónde eres?». Se lo dijo en castellano para ver si la niña hablaba el idioma y ella le respondió: «Yo soy de Almería, como mi abuela, que mi madre me ha dicho que puedo ser de donde quiera». Ambos han soportado una situación compleja, llena de incertidumbre. El año pasado Ernesto no pudo hacer los exámenes de la universidad por la presión, le pilló en medio de mi declaración. Y a mi niña, en el colegio, todo el mundo le hablaba del tema. Había días que iba sin saber si su madre iría a recogerla. Son unos valientes.
Mujerhoy Las muertes de 15 subsaharianos cuando intentaban acceder a Ceuta por la playa de Tarajal en 2015 fue uno de los momentos más duros de su trayectoria. ¿Sirvió de algo acudir al origen, a Camerún?
Helena Maleno La escasa y selectiva memoria que tenemos hace que estos casos se normalicen. Pero, hay una responsabilidad del Estado. ¿Qué pasó en aquella playa? Fue por efecto directo o indirecto de usar una serie de medios de control lo que provocó que murieran. No ha habido ninguna frontera europea en la que se haya condenado una sola acción de los servicios de control de fronteras. Es muy grave, porque cada día muere gente, y hay más de 45 casos de personas que defienden derechos de personas migrantes en Europa que están siendo juzgados. Por ejemplo, el caso Sonko, en 2006, un senegalés al que la Guardia Civil volvió a echar al agua y que, ante el Comité contra la Tortura, el Gobierno se justificó diciendo: «Aplicábamos un protocolo». El protocolo fue coger a una persona que habían rescatado del agua y tirarla de nuevo al mar para que volviera a nado a Marruecos. Las madres de Tarajal quieren tener la oportunidad de sentarse ante un tribunal y mirar a los ojos a los que dispararon en aquella playa, les da igual si son bandidos o militares. En Camerún las familias se han organizado y seguirán luchando porque una madre es infinita, hasta que se muera seguirá peleando.
Mujerhoy Tras la decisión de la justicia marroquí de archivar su caso, ¿es Marruecos más su país, como ya señala desde hace tiempo?
Helena Maleno Marruecos es mi país. Por eso entiendo a los compañeros migrantes en Europa. Uno tiene derecho a moverse, a circular, a vivir y crear lazos donde quiera. Es mi país porque la memoria de mis hijos está aquí, pero también lo están mis amigos, mi gente. Estoy muy agradecida al pueblo marroquí por todo lo que me ha dado. España también es mi país y tengo otra parte de mi vida, pero me siento más de Marruecos. Por eso, cuando la policía española detiene a alguien en redadas racistas y se las llevan a un centro de internamiento para echarles, a pesar de tener hijos escolarizados en España, se me revuelve el estómago. A mí no me pueden decir que no soy de aquí porque me siento de aquí, igual que les ocurre a los que se mueven por Europa.
Mujerhoy ¿Cómo regularizaría usted el flujo de migrantes en las fronteras?
Helena Maleno Coordinando a los servicios de rescate de Marruecos, Argelia y España. El racismo sostiene las fronteras como espacios que generan negocio económico y muerte. Lo que está pasando no es solo una cuestión de seguridad en los estados por los que pasan las personas migrantes, sino de las situaciones a las que se someten y la gravísima vulneración de sus derechos fundamentales.