Al Este de Alborán se solapa esta ruta, transitada fundamentalmente por la ciudadanía argelina. A bordo de embarcaciones a motor, las personas que decidían moverse ponían su objetivo en la costa almeriense. Sin embargo, en los últimos tiempos, con el objetivo de sortear las violencias del control migratorio; la ruta se ha expandido espacialmente: Islas Baleares y Valencia se convierten en nuevos destinos, más difíciles y peligrosos para las vidas que pretenden alcanzarlos.
A pesar de los peligros, los ciudadanos argelinos no suelen alertar a los servicios de rescate por el miedo a las deportaciones a su país de origen. Esto ha hecho que se invisibilice aún más el número de personas muertas y desaparecidas en esta ruta.