DOLOR EN JUSTICIA
Las muertes y desapariciones de personas en las fronteras abren una herida profunda en sus familias y comunidades. La desaparición de un compañero es una tortura que no cesa por la incertidumbre que genera el desconocer en qué condiciones perdió la vida y dónde se puede encontrar su cuerpo. La muerte de un ser querido, confirmada solo si se recupera el cadáver, es, en muchos casos un duelo incompleto para familiares a miles de kilómetros que nunca podrán darle personalmente entierro. Además, los problemas jurídicos, económicos y sociales que genera el ser familiar de una víctima de frontera es un peso con el que cargar para toda la vida.
Las comunidades y familias tocadas por el dolor cada año, se organizan y alzan la voz para exigir sus derechos: a poder celebrar el duelo, a recibir apoyo psicosocial, a poder esclarecer los hechos de la muerte y a acceder a los sistemas de Justicia para emprender acciones legales contra los responsables de su pérdida. Verdad, Reparación y No Repetición para transformar el profundo dolor causado por las fronteras en Justicia.