Publicado por ELMundo el 21/06/2018 – Fotografía por Javier Martínez
HELENA MALENO. El Ejido, 1970. Activista. La persona que «más vidas ha salvado en el Estrecho» acude a La Casa Encendida (Madrid) con la Asociación de Mujeres de Guatemala mientras Europa sufre otra crisis migratoria, Marruecos la juzga y sigue recibiendo amenazas de muerte. Se ha acostumbrado a vivir así.
P. ¿Cómo explicarías tu trabajo?
R. Desde hace más 20 años, en España y en Europa sufrimos unas políticas que han dicho a la ciudadanía que el derecho a controlar las fronteras está por encima de los de las personas que intentan cruzar, incluido el derecho a la vida. Mi trabajo consiste en reestablecer y garantizar dichos derechos…
P. Y ayudas a personas a cruzar el Estrecho…
R. No les ayudo a cruzar, sino a que sobreviva quien decide intentarlo. Cuando ya me conocían por mi trabajo en Marruecos, empezaron a llamarme personas que estaban en riesgo en alta mar. Cuando esto sucede me limito a avisar de su ubicación a Rabat o a Salvamento Marítimo en España, que es el mejor servicio de rescate público del mundo. Cuando salvan vidas, las está salvando toda la ciudadanía. Nos tenemos que sentir orgullosos.
P. ¿Por qué te llaman a ti en vez de avisar directamente a Salvamento Marítimo?
R. Hay dos razones. Primero, una tan sencilla como que no tienen saldo para hacer una llamada internacional y nosotros tenemos un móvil marroquí. Segundo, una vez le pregunté esto mismo a una chica y me dijo: «Porque a ti te conozco y quiero que alguien en quien confíe sepa que estoy en el agua». Están en peligro y buscan confianza.
P. Si colaboras con Salvamento, que es un organismo oficial, ¿cómo se te está juzgando en Marruecos por favorecer la inmigración irregular y por asociación de malhechores?
R. Es una locura porque muchas veces es Salvamento quien me llama a mí para que haga de traductora o, como estoy en el terreno, les limpie información que no les cuadra. Pero el juez marroquí ni siquiera sabía lo que es Salvamento, se lo expliqué yo, a él sólo le constaban unos informes de la Policía española llenos de falsedades en los que parezco la Pablo Escobar del Mediterráneo.
P. Te acusan de traficar con personas…
R. Esos informes policiales los descartó la Audiencia Nacional en Madrid, que los estudió y ni siquiera abrió procedimiento. La cuestión es cómo llegaron a Marruecos, ya que el Gobierno del PP negó haberlos enviado. Pero el juez me los ha enseñado y me ha interrogado por ello. Lo mejor es que especifican que no saco beneficio económico alguno, así que soy la Pablo Escobar tonta. Tonta e indefensa.
P. ¿Cuál es ahora mismo tu situación?
R. Estoy esperando que decidan si se archiva, como en España, o se abre procedimiento penal con penas hasta de cadena perpetua.
P. Has denunciado amenazas de muerte constantes, ¿se aprende a vivir así?
R. Sí. Al fin y al acabo soy una privilegiada rodeada de gente en situaciones mucho peores. Pude irme y dejarlo. Lo hablé con mis hijos, para los que es durísimo, y me animaron a seguir haciendo lo que creo correcto. Lo tengo todo arreglado como si me fuera a morir mañana. Pero miedo es estar en una patera en mitad del mar, no lo mío. Tengo un teléfono lleno de fotos de cadáveres de personas que conocí que me lo recuerda.
P. Si eres inocente, ¿a qué achacas tu situación?
R. A una política europea que ha criminalizado la solidaridad. La ONU ha notificado tanto a España como a Marruecos que soy una defensora de derechos humanos reconocida por ella y que está muy preocupada por mi caso.
P. Europa… Acabamos de ver con el ‘Aquarius’ que el ascenso del ultraderechista Salvini no va a salir gratis. ¿Cuál va a ser el precio?
R. Es una situación muy peligrosa que despierta fantasmas del pasado. Hoy son los migrantes y, en breve, podemos ser el resto. Es una deriva racista, xenófoba y fascista que acaba en violencia. Europa debería estar muy preocupada y sus Gobiernos ser menos tibios en la respuesta. Fueron más contundentes con Siriza en Grecia… Italia sólo es parte del problema.
P. ¿Y cuál es el resto?
R. Que hemos hecho una Europa racista. La situación en las fronteras se ha convertido en un negocio para las empresas de armamento, que son las que tienen el control migratorio ahora mismo. Se han dado cuenta que frenar las migraciones da tanto dinero como fomentar los conflictos que las provocan. Ojalá fuera un problema ideológico, porque podría sentarme con la gente y debatir, pero es un problema económico. Es un negocio.
P. ¿Cómo valoras la decisión del nuevo Gobierno español de acoger al ‘Aquarius’?
R. Lo que ha hecho España es dar una solución a un problema de derechos. Había 629 personas que podían morir y cuyos derechos fundamentales estaban siendo vulnerados. Es un buen inicio, pero no debe quedarse sólo en este gesto concreto, sino que debe empezar a hacer otras políticas de acogida. Simultáneamente, ha entrado mucha gente en patera que ha sido abandonada en la calle a su suerte.
P. ¿Existe el controvertido efecto llamada?
R. No hay un efecto llamada, hay un efecto salida. Y, sí, va a aumentar el flujo hacia España, pero la alarma es exagerada: es imposible que se produzca una avalancha. Marruecos y Argelia no son Libia y no van a ser tan irresponsables como para permitir lo que sucedió allí. Los grandes beneficiados de lo de Italia son los traficantes, que van a aumentar su clientela y a llevarles por rutas más caras y peligrosas, porque les da igual que mueran.
P. Hay quien teme una llegada masiva a España tras el gesto del Gobierno.
R. Nadie pide una apertura de fronteras. Ha habido una parte del espectro político, y por extensión de la sociedad, que ha criminalizado a los migrantes. Saltaban la valla, eran una masa, iban a invadirnos… No es una cuestión de buenismo ni de ideología, sino de derechos humanos: somos una democracia y tenemos una responsabilidad. El derecho a la vida es el derecho supremo y si lo olvidamos, todo se desmorona. Y ha habido un aumento claro del racismo en España en los últimos años por culpa del mensaje de ciertos partidos políticos. Es irresponsable, porque crear odio es muy fácil, pero erradicarlo luego lleva muchos años. Por eso lo más efectivo es prevenirlo.
P. Dicen de ti que eres la persona que más vidas ha salvado en el estrecho, ¿cuántas?
R. El jefe de Salvamento de Almería calcula que unas 10.000, pero son muchas más porque hay que sumar los que hemos ayudado en Marruecos, en la valla, mujeres en peligro… Creo que la magnitud real la marca mi_Facebook: cerca de 90.000.
P. Y después de tantos años en esto, ¿existe algún motivo para el optimismo?
R. Sí, se está rompiendo ese pensamiento de que el control de fronteras está por encima del derecho a la vida. Noto que la ciudadanía, de distintas ideologías políticas, vuelve a decir que el derecho a la vida es sagrado. El pueblo español está muy a la altura.