Tarajal: transformar el dolor en Justicia

El 6 de febrero de 2014, catorce personas perdieron la vida intentando alcanzar España tras ser violentados con material antidisturbios por las autoridades españolas. Sus familias impulsaron un proceso de organización inédito para transformar su profundo dolor en Justicia.

LOS HECHOS

La madrugada del 6 de febrero de 2014 recibimos la llamada de una persona desesperada: estaba sucediendo «una masacre» en una playa española. Según denunciaron a nuestros teléfonos los supervivientes, trescientas personas intentaron entrar a Ceuta a nado a través de la desviación del espigón de Tarajal. Fue entonces cuando la Guardia Civil española comenzó a disparar material antidisturbios (gas lacrimógeno y balas de goma) contra las personas que nadaban para llegar a la orilla.

Fueron varios los puntos desde los cuales se ejerció violencia: las piedras del propio espigón de Tarajal y al menos una lancha y una zodiac con agentes de la Guardia Civil fueron los lugares desde donde se disparó, a corta distancia, sobre los flotadores y los cuerpos de quienes nadaban. Además, desde el mirador (la torre de control de la Guardia Civil) constan disparos para disuadir a las personas que estaban protegiendo los cuerpos de los compañeros ya fallecidos.

“Las primeras veces han disparado al aire, cuando se han dado cuenta de que ‘desviación’/el espigón, estábamos llegando a la parte española, pasábamos la entonces han disparado a los cuerpos. A mí la primera bala me ha llegado a la espalda y la segunda a la mandíbula”.

“Sanda ha pedido socorro, ha tirado su mano hacia la roca y el Guardia Civil le ha pegado y agua enviado de nuevo al agua”.

La omisión del deber de socorro por parte de la Guardia Civil y nulos intentos de reanimación de las personas inconscientes por parte de las fuerzas marroquíes, descartó la posibilidad de poder salvar las vidas de aquellas que se encontraban en peligro y que, finalmente, fallecieron. Las propias personas migrantes fueron las que intentaron socorrer a sus compañeros desfallecidos y quienes, con apoyo de las fuerzas marroquíes, llevaron los cuerpos inertes a la costa marroquí. El Estado español negó la colaboración para rescatar los cadáveres alegando que las muertes habían ocurrido en territorio marroquí. Fueron al menos catorce personas las que murieron, quedando el cuerpo de una de ellas desaparecido. En cuanto a las supervivientes llegadas a España, al menos dieciséis sufrieron una devolución en caliente, entre ellas un menor de diecisiete años.

Las familias

“Me prometí a mí misma que con la ayuda de Dios, vería el lugar donde yacen los restos de mi hijo, aunque solo fuese un día, y llevaría sus cenizas de vuelta a la tierra de nuestros antepasados para poder organizarle un funeral digno, como dicen nuestras tradiciones africanas. Mientras os relato este testimonio, sigo sin haber superado el trauma que me provocó la desaparición de Larios. Que en el nombre de mi hijo, pueda triunfar la Justicia”.
Ndeubi Marie Thérese, madre de Larios Fotio

Las familias nos contactaron a medida que les fue llegando información sobre lo ocurrido, buscando saber los hechos y qué hacer para localizar el cuerpo de sus familiares fallecidos. El primero fue el hermano de Larios Fotio quien, al ver que sus amigos mencionaban a Helena Maleno en redes sociales tras la tragedia, decidió escribirnos a la vez que contaba a su madre, Ndeubi Marie Thérese, que su hijo Larios había muerto.

Las familias confiaron en nuestro Colectivo para reconstruir el relato de cómo habían fallecido sus familiares, una labor que ninguna institución española se dignó a realizar. El ocho de febrero visitamos las morgues de los hospitales Hassan II de Fnidq y Mohamed VI de Mdiq con familiares y compañeros de las víctimas. La embajada de Camerún en Marruecos apoyó en este proceso y dio sepultura a cuatro fallecidos identificados. El 25 de febrero comenzó nuestra investigación sobre los hechos y unas semanas más tarde sacamos a la luz el informe inédito que reconstruía los hechos de la tragedia y sus consecuencias.

Entre tanta incertidumbre y sed de saber en detalle lo ocurrido, se hicieron necesarias varias visitas a Camerún, tierra de la que venían varias de las personas fallecidas. En el primer encuentro, las familias de las víctimas nos dieron el consentimiento explícito para representarlas a través de varias entidades que se personaron como acusación popular cuando, en febrero de 2015, la jueza de instrucción del caso citó a dieciséis guardias civiles a declarar sobre lo ocurrido.

El ‘caso Tarajal’, en el plano judicial, ha sido una consecución de aperturas y cierres de la investigación. Desde el Colectivo hemos manifestado nuestra disconformidad con la decisión de no tomar declaración a los supervivientes, siquiera por videoconferencia, así como con la no concesión de visados para que las familias pudieran desplazarse al lugar donde fallecieron sus seres queridos y rendirles homenaje. Finalmente, la causa judicial quedó archivado desde octubre de 2019, dejando que los responsables sigan impunes y que las familias sigan sin haber sido reparadas por la pérdida. Pese a ello, desde Caminando Fronteras apostamos siempre por caminar con las familias en procesos alternativos a la justicia europea para lograr Verdad, Reparación y No Repetición.

En el año 2016 volvimos a Camerún, esta vez con el objetivo de rodar un documental donde los familiares tuvieran el protagonismo. ‘Transformar el dolor en justicia’ (Caminando Fronteras, 2016) exponía la lucha por dignificar a las víctimas y el proceso comunitario para conseguirlo: por primera vez, familias del África subsahariana se organizaban para exigir responsabilidades por muertes en frontera. Fruto de esta segunda visita fue el nacimiento de la ‘Asociación de Familias de Víctimas de Tarajal’.

“Justicia significa luz, saber las circunstancias en que se produjo… “La verdad” Si conocemos “La Verdad”, que la culpabilidad de los que están implicados se dirima. La reparación se produce cuando la justicia se haga” (Hermano de una de las víctimas en la asamblea de creación de la Asociación)

En el año 2017, la ‘Asociación de Familias de Víctimas de Tarajal’ decidió, por el tercer aniversario de la tragedia, organizar un Homenaje a las Víctimas de las Fronteras en Douala, al que asistieron decenas de familias de muertos en las fronteras. En el encuentro, que ayudamos a impulsar, familiares relataron la violenta situación de las fronteras, mostraron su preocupación por la cada vez mayor cantidad de jóvenes que migraban y expresaron lo que supuso afrontar el duelo por sus familiares entre tanta incertidumbre. Al final del homenaje, se facilitó una conexión en directo con el Congreso de los Diputados de España, tras la proyección en sede parlamentaria de nuestro documental. Aunque insuficiente, este ha sido el único acto de reparación por parte de una institución española a las familias, que ocuparon con sus voces la sede parlamentaria para exigir, una vez más, Justicia para sus muertos.

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