Su familia lo recuerda como una persona muy trabajadora y valiente. Estudiaba y trabajaba a la vez. Antes de intentar cruzar hacia España, llamó a su tía, a su madre y su hermano para que rezasen por él. Fue la última vez que hablaron con él. Unos chicos que le conocían llamaron a la familia para confirmarles que Daouda había muerto. Fue víctima de la tragedia de Tarajal. Posteriormente, el embajador de Camerún en Marruecos prometió que lo enterraría en paz y mandó una foto de su entierro.
Puedes conocer más sobre su historia en nuestro documental «Tarajal: Transformar el dolor en Justicia»