Sentía que no podía ayudar a su familia lo suficiente en su difícil situación, se preocupaba por sus padres, quienes eran mayores para seguir trabajando en el campo. Al ver que jóvenes como él conseguían mejorar esas situaciones, decidió irse después de que su madre le diese la bendición. Fue la última vez que lo vieron, tras fallecer en la tragedia de Tarajal. Su padre apunta con rabia a la responsabilidad del Gobierno español sobre la muerte de Samba. «No hay nada que le pueda compensar el dolor por la pérdida», argumenta.
Puedes conocer más sobre su historia en nuestro documental «Tarajal: Transformar el dolor en Justicia»